Luis Risopatrón. Explorador y Editor de Obras Clásicas de Nuestra Geografía

«Luis Risopatrón (1869-1930) Es el más importante de los exploradores chilenos», dice con autoridad Jorge Vargas Díaz, director de la Sociedad de Historia y Geografía de Chile, mientras se acerca al retrato de este prócer ingeniero, geógrafo y aventurero que luce sobre la gran chimenea del edificio de esta institución, que existe desde 1911. Las máximas obras de Riso Patrón también están a la vista: el mapa de Chile de 1910, que él mismo elaboró era director de la Oficina de Mensura de Tierras y estuvo encargado de establecer los límites de nuestro país; de hecho, fue él, por ejemplo, quien marcó el hito tripartito del cerro Zapaleri, en el norte y, por cierto, el Diccionario Geográfico de Chile, libro de 958 páginas que se convirtió en el verdadero resumen de todo lo que se conocía de Chile hasta entonces. Contenía cerca de 30 mil nombres geográficos chilenos, todos con su precisa ubicación de longitud y latitud. El «inventario» incluía cerros, volcanes, ríos, esteros, islas, bahías, golfos, ensenadas, fiordos, caletas, fundos, ciudades, aldeas, caseríos, faros, minerales, arrecifes y hasta rocas del país.

«No sólo es el principal explorador chileno, sino también latinoamericano», explica el montañista y escritor Evelio Echevarría, gran admirador de su obra. «No hay un equivalente con su tremenda realización: cartografió, entre 1896 y 1910, la cordillera andina desde Tacna al Cabo de Hornos. Y su cartografía era científica, lo que no existía en el mundo para entonces».

Las pocas biografías que hay sobre Riso Patrón dicen que era un hombre riguroso en extremo. Que por su ardua labor casi no pasaba tiempo en casa, con su familia. Y que sus extensos viajes por Chile, hechos en condiciones muy precarias (Riso Patrón pertenece a la llamada «época dorada» de la exploración, la misma de héroes como Amundsen o Schackleton), terminaron por pasarle la cuenta: murió a los 60 años. Sin embargo, la trascendencia de su obra alcanzó a ser reconocida en vida. El 14 de septiembre de 1926, la American Geographical Society de Nueva York lo premió con el máximo honor de entonces: la Medalla de Oro David Livingstone Centenary, creada en honor al explorador que, justamente, había sido el gran ídolo de infancia de Riso Patrón.

A mediados de la década de 1920 el ingeniero Luis Risopatrón publicó su Diccionario Geográfico de Chile, obra que de alguna manera reemplazó al Diccionario Geográfico de la República de Chile (1867), de Francisco Solano Astaburuaga. La nueva publicación superó a la anterior en la cantidad de información sobre lugares de Chile e incorporó los nuevos territorios de las provincias de Antofagasta y Tarapacá, constituyéndose en una obra clásica de nuestra geografía hasta la actualidad.

Su autor, hijo del científico naturalista Francisco Risopatrón, fue ingeniero geógrafo e ingeniero civil hidráulico. Ejerció numerosos puestos administrativos y técnicos, y tuvo una destacada participación como ayudante de la Comisión Internacional de Límites, bajo las ordenes del perito Diego Barros Arana. Posteriormente, y hasta mediados de la década de 1910, se desempeñó en diversas reparticiones estatales relacionadas con materias geográficas. Tras su retiro se dedicó, durante diez años, a la investigación y edición del Diccionario Geográfico de Chile publicado en 1924.

Risopatrón señala en su introducción que «en la busca general que hemos hecho en la literatura geográfica, con la mira de formar un diccionario de esta índole, hemos recopilado informaciones sobre más de 40.000 puntos o lugares de Chile». Sin embargo, sólo fueron seleccionados 28.215 nombres.

Ordenados alfabéticamente, cada lugar geográfico contiene información sobre el significado de su nombre, su latitud y longitud, y sus las características geográficas.

La descripción de cada lugar está acompañada de una referencia a las fuentes consultadas, las que son presentadas en la introducción del libro y alcanzan a 168 obras. De esta forma, resulta fácil reconocer los distintos orígenes de la información y la obra en su conjunto constituye un documento notable para la investigación sobre los más diversos lugares del territorio nacional.

Fue socio fundador de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, siendo elegido Presidente de la Sección de Geografía. En 1918, dicha Sociedad le confiere su más alta distinción, la medalla de oro, por sus múltiples trabajos realizados en la cartografía y la geografía de Chile.

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